Desastre económico
La mayor preocupación y temor actualmente en la mayoría de la población mundial es: ¿Qué pasará con la economía cuando todo esto pase? Muy bien, aquí tienes la respuesta.
Según diversas fuentes financieras, nos espera la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial y la disminución del producto per cápita más potente desde 1870. El Producto Interior Bruto creció solo un 2'3%, la cifra más baja en una década según la ONU, la disminución prevista para los ingresos per cápita (3'6%) empujará a millones de personas a la pobreza extrema.
Las consecuencias son aún peores para aquellos países que dependen en gran medida en el comercio internacional, turismo o actividades similares. Además, las dificultades de acceso a servicios primarios de atención de salud y la suspensión de las clases tendrán graves consecuencias a largo plazo sobre el desarrollo del capital humano. Por otro lado, están aquellos países de bajos ingresos, que actualmente ya están pasando estragos en el ámbito económico y humano, por lo que hace ver un duro futuro con la prolongación de la pandemia.
Por si fuera poco, el riesgo no ha acabado aún, pues se ha confirmado que la pandemia durará más de lo previsto, provocando agitaciones financieras y perjudicando aún más el comercio internacional y las relaciones de suministro, provocando a su vez el declive de valores mundiales, lo que lleva a los inversores de riesgo a huir, vendiendo activos como si fueran bonos de alto rendimiento y acciones volátiles a los inversores que han infravalorado el riesgo.
En Europa se estima que la economía se contraiga un 4'7% y que la gran mayoría de países entrarán en recesión.
Sin embargo, el Banco Mundial está tomando medidas para lucha contra el Covid-19 y ayudar a aquellos países más afectados; entre ellas está respaldar las intervenciones de la salud pública y trabajar para garantizar el suministro de aportaciones y equipos esenciales, además de colaborar con el sector privado para continuar sus operaciones e intentar mantener los empleos. Es por ello que donará hasta 160.000 millones de dólares estadounidenses en un plazo de 15 meses para ayudar a más de 100 países a proteger sus sectores pobres y vulnerables, apoyar a las empresas e impulsar la esperada recuperación económica.
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